Sí, he tardado en subir el post de hoy de la Birthday Week, pero aún no son las doce de la noche, así que, cuenta como viernes.
Hoy os traigo una reflexión medio relato, que se me ocurrió al ver el programa This is Art, en el qual hablaban sobre la curiosidad, y por supuesto nuestro niño interior. Así que hoy, os traigo una conversación, con mi niña interior. ¿Os atrevéis a hacer la vuestra?
Miré en todas direcciones, oía la voz de una niña, que, alejaba la oscuridad de al menos uno de mis sentidos.
Caminé en su dirección y entonces, la luz se hizo en aquella habitación infinita. La niña me miraba, debía tener unos siete u ocho años. Sus ojos eran enormes, pardos y brillantes, y su pelo ondulado. Era muy delgada y pequeña.
Me agaché para estar a su altura, sonreí y me puse las manos en la boca, sorprendida,al reconocerla.
Ella me miró extrañada y me dijo:
-¿Quien eres?-Su voz era más aguda y chillona de lo que recordaba.
-Soy tu yo del futuro, supongo.
La niña me miró asombrada y lo primero que me dijo fue:
-¿Has encontrado la puerta a Narnia?
Reí y asentí con la cabeza.
-¿Y como es?
-Es como tu vas a imaginártela siempre. Porque la verdadera Narnia me temo, esta aquí.-Dije poniendo mis manos en mi corazón.
-Oye.-Me dijo mirándome a los ojos.-Pareces feliz. ¿Has encontrado un príncipe?
-Una mujer fuerte no necesita a nadie más que a ella misma, ¿O acaso Ronja necesitó a alguien más para conocer el enrome castillo de Mattis?
Ella negó con la cabeza con fuerza y me dijo:
-¿Escribes cuentos, aún?-Aquellas palabras me sorprendieron, casi había olvidado los cuentos que con seis, siete años, escribía doblando las hojas por la mitad y grapandolas para dar un aspecto de libro. Después, se los regalaba a mis amigos, y a mi profesora, a quien le encantaban. Hacía poco que me la había encontrado un día, en el autobús, ella también los recordaba. Creo que desde siempre, mi enorme sueño había sido ser escritora
-Mejor, escribo libros que me hacen ir a mundos mejores que Narnia.
-¿De verdad?-Me dijo ilusionada.
Asentí con la cabeza, sonriendo y ella me preguntó:
-Tendrás muchos dineros.- Reí al recordar la palabra "dineros" y le dije con sinceridad:
-Bueno, es complicado siendo solo escritora
-¡Pero con dinero puedes comprar chicles!
-Es cierto. Pero ganaré dinero de otra forma, con mi carrera, en la universidad.
-¿También vas a la universidad?
Asentí, y cansada de arrodillarme, me senté en el suelo.
-Tienes una vida casi perfecta.-Aquella frase de la niña borró de mi rostro la sonrisa. Le aparté la mirada un instante, la agarré de los hombros y le dije:
-Isabel, se fuerte como se que lo serás, pero sobretodo nunca creas que eres inferior a nadie ¡Nunca! ¿me oyes?
-Yo no soy inferior, soy la mejor de mi clase, la más lista, y soy guapa, no soy alta pero creceré como tú, y pienso ser reina de Narnia, y aprender a volar algún día.
La miré durante un rato. ¿Que le pasó a aquella niña que se creía perfecta? Sabía la respuesta, pero no quería que fuera una pregunta, sino, una reflexión.
Volvería a ser aquella niña que se miraba al espejo y veía una mujer inteligente, poderosa, altiva, y especial.
El despertador sonó, y desperté de nuevo, en mi habitación, rodeada de libros, y papeles donde había apuntado una lista con cosas a hacer. En una de ellas ponía:
-No perder la muchedad.
Hasta aquí el post de hoy, si os ha gustado no dudéis en seguirme por redes sociales, mi pregunta de hoy es: ¿Que diría vuestro/a niña de vuestro yo presente?
Hoy os traigo una reflexión medio relato, que se me ocurrió al ver el programa This is Art, en el qual hablaban sobre la curiosidad, y por supuesto nuestro niño interior. Así que hoy, os traigo una conversación, con mi niña interior. ¿Os atrevéis a hacer la vuestra?
Miré en todas direcciones, oía la voz de una niña, que, alejaba la oscuridad de al menos uno de mis sentidos.
Caminé en su dirección y entonces, la luz se hizo en aquella habitación infinita. La niña me miraba, debía tener unos siete u ocho años. Sus ojos eran enormes, pardos y brillantes, y su pelo ondulado. Era muy delgada y pequeña.
Me agaché para estar a su altura, sonreí y me puse las manos en la boca, sorprendida,al reconocerla.
Ella me miró extrañada y me dijo:
-¿Quien eres?-Su voz era más aguda y chillona de lo que recordaba.
-Soy tu yo del futuro, supongo.
La niña me miró asombrada y lo primero que me dijo fue:
-¿Has encontrado la puerta a Narnia?
Reí y asentí con la cabeza.
-¿Y como es?
-Es como tu vas a imaginártela siempre. Porque la verdadera Narnia me temo, esta aquí.-Dije poniendo mis manos en mi corazón.
-Oye.-Me dijo mirándome a los ojos.-Pareces feliz. ¿Has encontrado un príncipe?
-Una mujer fuerte no necesita a nadie más que a ella misma, ¿O acaso Ronja necesitó a alguien más para conocer el enrome castillo de Mattis?
Ella negó con la cabeza con fuerza y me dijo:
-¿Escribes cuentos, aún?-Aquellas palabras me sorprendieron, casi había olvidado los cuentos que con seis, siete años, escribía doblando las hojas por la mitad y grapandolas para dar un aspecto de libro. Después, se los regalaba a mis amigos, y a mi profesora, a quien le encantaban. Hacía poco que me la había encontrado un día, en el autobús, ella también los recordaba. Creo que desde siempre, mi enorme sueño había sido ser escritora
-Mejor, escribo libros que me hacen ir a mundos mejores que Narnia.
-¿De verdad?-Me dijo ilusionada.
Asentí con la cabeza, sonriendo y ella me preguntó:
-Tendrás muchos dineros.- Reí al recordar la palabra "dineros" y le dije con sinceridad:
-Bueno, es complicado siendo solo escritora
-¡Pero con dinero puedes comprar chicles!
-Es cierto. Pero ganaré dinero de otra forma, con mi carrera, en la universidad.
-¿También vas a la universidad?
Asentí, y cansada de arrodillarme, me senté en el suelo.
-Tienes una vida casi perfecta.-Aquella frase de la niña borró de mi rostro la sonrisa. Le aparté la mirada un instante, la agarré de los hombros y le dije:
-Isabel, se fuerte como se que lo serás, pero sobretodo nunca creas que eres inferior a nadie ¡Nunca! ¿me oyes?
-Yo no soy inferior, soy la mejor de mi clase, la más lista, y soy guapa, no soy alta pero creceré como tú, y pienso ser reina de Narnia, y aprender a volar algún día.
La miré durante un rato. ¿Que le pasó a aquella niña que se creía perfecta? Sabía la respuesta, pero no quería que fuera una pregunta, sino, una reflexión.
Volvería a ser aquella niña que se miraba al espejo y veía una mujer inteligente, poderosa, altiva, y especial.
El despertador sonó, y desperté de nuevo, en mi habitación, rodeada de libros, y papeles donde había apuntado una lista con cosas a hacer. En una de ellas ponía:
-No perder la muchedad.
Hasta aquí el post de hoy, si os ha gustado no dudéis en seguirme por redes sociales, mi pregunta de hoy es: ¿Que diría vuestro/a niña de vuestro yo presente?
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