Hace un día tan radiante, tan fantástico, uno de esos en los que hace calor a la vez que frío, de esos en los que el cielo parece el mar. Casi puedo sentir un olor salado en la punta de mi nariz. Un día de los que no pasan nada. La humilde nada hoy es superior al poderoso todo, meca de la tranquilidad.
El viento mueve con sutileza las copas y ramas de los jovenes pinos con los que me encuentro a lo largo de mi viaje. Trayecto que, pese a que a veces me parece largo hoy se me hace terriblemente corto.
La belleza de la cálida luz solar realza hasta el paisaje más feo. Dicen que el octubre es tosco, cansado, estresante, polvoriento. Pero hay días de este mes en los que la bella nada camina ondeando el vaporoso vestido del viento decorado con el sutil olor del mar pese a estar en tierra. Nada pasa en Octubre, gracias a dios.
Si pudiese insertaría aquí un gif de aplausos de pie. Es la primera prosa poética tuya que leo y me ha parecido muy hermosa, llena de candencia musical. También he de decirte que hace tiempo que no leo nada tuyo y que nada más comenzar he tenido la certeza de que desde que no te leo has mejorado en tu escritura. Al menos esa ha sido mi percepción.
ResponderEliminarA veces la nada cotidiana es la felicidad.
Muchísimas gracias, me alegro de que te haya gustado. :D
Eliminar