Con motivo de el día mundial del Alzheimer os traigo este relato que expresa un poco mis sentimientos contra esta enfermedad tan mala y egoísta que se traga nuestros recuerdos. Se lo dedico obviamente a mis abuelos, sobretodo a mi abuela Rosita.
Sin más dilación aquí os dejo mi relato:
Solo un sueño:
¿Recuerdas aquel
día?, seguro que no.
Te miré, con los
mimos ojos con los que hoy lo hago. Me propuse desde ese instante que tú serías
mi mujer. Eras la flor más bonita del ramo. Paseabas con tus
amigas, con aquella sencillez tuya.
Recuerdo tu
mirada, esa que dista mucho de los ojos vidriosos con los que, confundida, me
miras ahora. Me giré cuando pasaste, con aquel olor a rosas. Y tú hiciste lo
mismo.Lo que vistes en
mí, yo ya no sé.
Te echo de
menos. Puede que no lo sepas. A veces te miro,
me devuelves la mirada y entonces, pareces gritar por dentro.
Ojalá que no,
pero ¿y si dentro de esos ojos tuyos, sigues ahí? Encerrada como un pajarillo contra
su voluntad. Eso es lo que
pienso cuando cada día me pongo a tu lado, te miro, acarició tu rostro con mis
manos temblorosas, te digo lo guapa que eres y me miras con una mirada triste e
impotente.
No sé si
entiendes lo que te digo, ojalá no lo hagas. Pero, por si lo haces, hoy y todos
los días de mi vida te diré lo mucho que te quiero y te querré siempre.
Me duele el
corazón, y tú lo sabes. Pero tranquila, no tienes la culpa. Solo él la tiene.
Estoy harto de
verte sufrir en silencio. De ver que apenas puedes quejarte, pero no decirnos
donde te duele.Aunque yo lo sé.
Y me temo, no pueda hacer nada para ayudarte, solo estar contigo.
Otro día más,
quieta, siempre en la misma posición porque no te acuerdas de cómo moverte, no
sabes hablar, andar y tengo miedo.Me levanto por
las noches, y te despierto, aunque me echen la bronca. Pero lo hago por temor.Temo que un día,
te olvides de respirar.
Vivimos
esperando ese día, porque ya no hay vuelta atrás. Y aunque en mis sueños veo
que te levantas, me miras, me hablas, me besas, sé que eso no pasará. Pero solo espero
que eso pase. Rezó por ver en las noticias que eso es posible. Puede que contigo
no lleguemos a tiempo, pero espero que un día, nuestros nietos y nietas vean a un
enfermo de Alzheimer: levantarse, caminar, hablar, comer, amar. Por favor,
ayúdales cuando llegues al cielo. Eso es lo único que te pido mi flor. Que,
para nuestros nietos, el Alzheimer no exista.
¡Por favor, haz
que no lo ignoren por creer que es una enfermedad de viejos!, te lo suplico a
ti, porque estoy harto de rezar en vano. Yo, que nunca he sido creyente.
¿Es tan raro lo
que pido? Mi único deseo es que el Alzheimer llegue a ser eso: sólo un sueño.
Lleva este relato desde que lo publicaste en la bandeja de entrada de mi correo electrónico, pues el tiempo escasea y no he podido venir antes a disfrutar de este maravilloso homenaje que has hecho a tus abuelos.
ResponderEliminarSe nota que es una narración muy personal, en la que has puesto un pedacito de ti, destila sensibilidad, cariño y mucha esperanza. Es realmente conmovedor, pues pones de manifiesto una dura realidad, que esta enfermedad, suele ser más cruel con los familiares que con quien en sí la padece, todos sufren, pero más quienes son conscientes y todavían poseen los recuerdos de antaño.
Ha sido realmente hermoso. Te felicito.